18 noviembre, 2015

¿Cómo amar intensamente y no morir en el intento?





Tantas veces sentí que era la persona que más amaba o más quería en la relación (en cualquier tipo de relación). La persona que más podía perder (un poco, siempre me siento en desventaja con el resto del mundo). Fui también en un momento esa persona que dio tanto, que se quedó sin cosas para dar. Hace un tiempo hubo un culpable, o alguien a quién culpé por haber drenado de mi ser todo el amor, todas las ganas de amar, y de encontrar a alguien nuevo. En ese momento quizás ya no sufrí la pérdida. Porque me sentí agotada. Pero sí, sufrí durante mucho tiempo el saber que yo amaba más. Más fuerte. Más intensamente. ¿Qué problema no? Es el problema que nos caracteriza a nosotros, los de Escorpio. Sí, ya sé, vamos a hablar de signos ahora? No, no sé nada de signos, pero algo que siempre nos encuentro en común a nosotros los escorpio es que vivimos intensamente, y si vivimos intensamente imaginate cómo vivimos el amor! Que es el sentimiento más fuerte, el sentimiento que mueve al mundo entero.



¿Qué pienso del amor? Lo que pienso y creo básicamente de todo en la vida. Tiene que ser intenso, tiene que ser algo precioso, pero también tiene que ser un poco triste, tiene que ser sincero, real. Pero por sobre todas las cosas tiene que valer la alegría, más que la pena. Tiene que hacerte sentir invencible con el otro, para con el mundo. El amor tiene que nacer y florecer cada día. Tiene que ser una elección. Tiene que ser feliz, divertido, increíble, tiene que hacerte sentir a veces que hasta podés volar. Tiene que ser fuerte, pero gentil, tiene que ser inolvidable. Un poco caótico. Tiene que ser memorable. Tiene que tener un sentido (aunque simplemente el sentido sea que te hace feliz!).





Alguna vez pensé que ese primer amor que tuve, iba a ser el único. Pero no porque él me generara esa sensación de que no iba a amar de nuevo. Sino porque pasó el tiempo y me costó encontrar a alguien que me generara cosas otra vez, y cuando apareció ese alguien, no fue bajo los mejores términos, o condiciones del planeta. Pero hey! Me hizo sentir mucho, y fuerte e intensamente. Me hizo pasar por mil estados en 5 segundos: de la confusión, a la alegría, al amor, al llanto, al odio, y al amor de vuelta hasta el olvido. Pero me dio esperanza, me dio esperanza de saber que me podían pasar cosas. Sólo que todavía no había aparecido alguien más, alguien digno y capaz de recibir todo lo que soy y todo lo que tengo. 

Y un día llegó. No, no sólo creo que es el hombre de mi vida, o el amor de mi vida. Lo sé. Lo sé, porque nunca antes me pasó todo lo que me pasa con él. Desde el día 1. Porque siempre creí que todo lo nuevo del amor te pasaba allá, al principio. Pero no es verdad. Un día descubrí otro tipo de amor, un amor que me enseña todos los días. Un amor más real, porque es de a dos. Un amor en el que sentí que estábamos a la par, finalmente, donde no había desigualdad. Donde había seguridad, y ante todo amor y alegría. Donde no había un compromiso o una obligación, sino ganas. Ganas de estar, de ser con el otro, de compartir (lo bueno, lo malo, lo masomenos, lo malísimo, porque cuando uno elije con quién compartir, lo que no elije es qué partes comparte, se comparte todo). Ganas de crecer juntos, o separados, pero con un fin en común, con un futuro donde estamos los dos. Donde somos un equipo y donde las decisiones se toman de a dos, no por obligación, si no porque así lo querés. Un día me di cuenta de que había alguien con quien sí quería compartir toda mi vida, el resto de mi vida, alguien con quien prefiero, quiero y elijo estar cada día de mi vida. Un día me di cuenta de que sentía más que nunca. Un día me di cuenta de que podía ser tan frágil, y tan vulnerable ante alguien. Un día me di cuenta de que ante vos, soy yo. De que había alguien con quien quería hacerlo todo, aunque hacerlo todo sea hacer nada. Podemos salir a comer, o ir a bailar, pasear al perro o dormir la siesta, no importa qué mientras hagamos juntos. Un día me di cuenta de que alguien me hacía feliz, un día me di cuenta de que era la persona que hubiera deseado que mi viejo conociera, le hubiera encantado. Un día me di cuenta de que había alguien que me miraba con un amor inmenso, casi tan inmenso como el mío. Un día me di cuenta de que es posible morir de amor. Un día me di cuenta de que nunca quise más cosas con nadie, porque ninguna otra persona era EL. Pero esta vez sí era, sí es, sí sos





Pero, cómo saber, cómo asegurarme de que todo lo que me pasa también le pasa? Cómo saber si el otro está dispuesto a dar todo lo que uno daría? Cómo saber que me ama tanto, con tanto amor, con tanta locura, con tanto todo, con todo lo que lo amo yo a él?

¿Tenés idea de la magnitud del amor que siento por vos? Me parece que no me dijo. Y sí, es la respuesta. Te amo más de lo que te puede amar cualquier otra persona en el planeta, y no sos consciente. No tenés idea porque el amor que tengo adentro no lo sentís ni vos. Ni nadie más. ¿Que no podés entender cómo alguien puede amarte así? Nunca te cruzaste con un corazón como el mío. Evidentemente no, sos única me dijiste. ¿Lo suficientemente única para vos? Porque cuando amo amo, y amo con todo, y no me importa. El problema, es que vos no me amás así. No me amás tanto que si te rompiera el corazón, no serías capaz de amar de nuevo así. ¿Qué vas a hacer sin mí te preguntás? Yo creo que vivir, como vivís ahora. Como viviste siempre. Creo que no me vas a extrañar, que vas a disfrutar de tu libertad. De tu tiempo, de tus ganas de ser vos. Haga lo que haga siempre vas a sentir que te saqué un poco eso, no importa cuánto me esfuerce, o cuánto me salga ser así. No importa que me digas que te alcanza, o que sabés que yo no quiero quitarte nada. No importa. No importa que te ame así. No importa que quiera enseñarte a vivir, enseñarte a amar, enseñarte a ser más vos. Porque sos un ser tan hermoso, pero con tanto miedo, y con tantas dudas. No importa que te ame de todas las maneras y con todas tus formas, hasta las que me hacen mal. No importa que te ame tanto que te deje en tu caja si no querés salir. O te invite a las aventuras más grandes de tu vida. Esas aventuras e historias dignas de ser escuchadas por los nietos. No importa que te ame tanto. Importa que me digas si podés amarme tanto, tanto, tanto, que puedas amarme tanto como para romper todos mis miedos. Importa que me digas si podés, si sos capaz de amar tanto como para hacer todo lo que no hubieras hecho por alguien más. Importa que me digas si sos capaz de amarme tanto como te amo yo a vos. Importa que estés seguro de que sos capaz de amarme tanto, como para no romperme el corazón. Vas a encontrar otro amor... Pero yo no podría volver a amar como te amo a vos.




No hay comentarios.: