No todo lo
que brilla es oro, innegable.
Creo que por prejuzgar tanto
(para bien o para mal) a veces es que vivimos de decepción en decepción, o de
sorpresa en sorpresa. Cuántas lindas sorpresas me he llevado últimamente,
es que algo tan opaco que pude haberme encontrado me regaló al fin tanta luz.
Cuán pocas tristezas o desilusiones he tenido por creer que algo que brillaba y
me encandilaba me haría tan feliz, pero simplemente me encandilaba y no me
dejaba ver más allá.
Un rasgo humano que necesito aprender
urgentemente, y que a la vez me parece tan detestable en algunos es el EGOISMO.
Pero al fin y al cabo, por supervivencia uno tiene que ser egoísta, fijarse en
uno mismo, en SU bienestar. Es verdad que si uno no está bien consigo mismo es
difícil que pueda estar bien con el mundo que lo rodea.. así que sí, lo primero
es asegurarse de que uno está bien, preocuparse por sus propios problemas, dolores,
tristezas, heridas, o roturas. Y después vemos, si tenemos suficiente energía
para salir al rescate de alguien más.
A veces me pongo a pensar en sí, yo también habré sido tan egoísta alguna vez como para no escuchar NADA de alguien más, y agotarle las energías concentrándome sólo en mi... Puede ser que alguna vez lo haya hecho, soy bastante egocéntrica (muchas) veces, pero deben haber sido contadas con los dedos de una mano las veces en las que hice oídos sordos; ya que en mis últimos 365 días me pregunté más de una vez: ¿Y a mí quién me ayuda?
Resulta que hace algunos meses
empecé a ir a la psicóloga, que me viene ayudando bastante. Hablo miles de
palabras por segundo, probablemente la mayoría de las veces híper incoherente,
contradiciéndome, nombrando 50 personas por minuto y saltando de tema en tema
como hago normalmente, y ella sigue cada una de las cosas que le dije; y no
sólo eso; las toma, las procesa, las interpreta y me da una devolución que
oportunamente hace que llegue el agua que a veces no me llega al tanque y
piense y actúe en base a ese nuevo descubrimiento o lucidez repentina. Y ella,
creo que desde el primer día me dice que siempre pongo a los demás por
delante.. ¿Por qué? Si tengo el mismo derecho que cualquier otra persona sobre
la faz de la tierra a estar mal, a llorar, a tener preocupaciones, a no querer
ir a un lugar, a no querer ver a alguien, a no tener ganas de soportar alguna
estupidez, a no callarme, a decir lo que pienso, lo que quiero y lo que no, etc
etc etc. Y es cierto, pensé que lo hacía sólo en algunos ámbitos de mi vida. Y
me di cuenta de que no, lo hago SIEMPRE. Y qué grave error!
Por qué tengo que escucharte yo
a vos, y ayudarte, y darte tanto, y que te quedes con tanto de mi, para encima
irte y dejarme preguntando dos cosas (con insatisfacientes respuestas):
¿Yo con qué me quedo? ¿Y a mí quién me ayuda? Triste es darse cuenta de que uno
siempre da todo, lo mejor, pero que todo y lo mejor muchas veces y probablemente
se agote. Porque todo tiene un límite.. Y que feo es quedarse seco, con
sensación de que no hay más nada para dar y que uno ya no debería dar tanto.
Pero no, el error no es dar, es dar por demás, es dar sin recibir. Sí, ya sé,
se supone que damos porque damos, porque nos sale así, porque queremos, sin
obligación alguna, sin esperar nada a cambio. PERO ES MENTIRA. Uno siempre da,
esperando que del otro lado o de algún otro lado alguna vez el universo
conspire para devolvernos ALGO. Un amigo mío, a quien admiro secretamente, dice
que eso del Karma no existe... Yo creo que sí, pero quizás empiezo a darme
cuenta de que esa devolución no siempre viene sola, sino que uno tiene que
reclamar lo que le corresponde y si no le dan nada será que los demás son demasiado
egoístas para devolverte al menos un poco, o será que no se dan cuenta de lo
que nos corresponde. Y allá ellos, será su pérdida por no devolver nada, en
algún momento dejarán de recibir todo.
Me cansé de silenciar, de que me
de igual, me cansé de ayudar, de escuchar, de esperar. Me cansé de dar por
demás a la gente que no lo valora de la manera que yo necesito. Me cansé de la
desigualdad. Me cansé. Simplemente me cansé. Me gustaba mucho la frase
"voy a contar de menos, voy a dar demás". Será mi esencia, pero es
hora de hacerme un favor a mí... Probablemente siga dando de más, pero ya no
contando de menos.
Seamos más egoístas cuándo lo necesitemos, pero no
dejemos de mirar a los costados. No sólo vos estás roto, todos estamos rotos,
yo también.