19 enero, 2015

Tuvieron tiempo de romperse el corazón

Antes de irse tuvieron tiempo de romperse el corazón. De rompérselo de una manera tan hermosa, tan increíble, que dejó marcado un menjunje de sensaciones indescriptibles.

En tan poco tiempo, hubo tanto tiempo para desarmar y desmenuzar cada parte del alma, y desparramarla en varias nubes. En unas nubes de acá, en unas nubes de allá. Con kilómetros de mar entre medio, para dejar tantos recuerdos hundidos como sea posible.

El tiempo siguió pasando, las agujas del reloj nunca pararon, no se detuvieron, no. El minutero, el segundero, cada instante lo hizo más intenso. Antes de la partida, y después. El tiempo de después fue más enterrador, pasó más (tan) lento, y rápido a la vez. 
Antes de irse tuvieron tan poco tiempo, pero tan audaz fue, tan sutil fue, tan duro fue, que fue suficiente para romperse el corazón. 


Y ahora que todo vuelve, que el tiempo pasó, que los pedacitos de alma se volvieron a juntar (o no). Ahora que el tiempo voló, ahora que llegó el día, ahora que estás acá. Decime, ¿Alcanza el mucho tiempo para volver a rompernos el corazón? ¿Alcanza el mucho tiempo para desangrarnos de amor? ¿Alcanza el mucho tiempo para borrar los ideales, los sueños, los supuestos, los deseos y tener un poco de realidad entre nubes y besos? Decime, antes de irte, ¿No querés que nos volvamos a romper el corazón?



"Me quedé con las ganas de que fuéramos 
la mejor historia de amor" 
- Danns Vega.

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