Ambigüedad. Extrañar. Escapar.
Inspirar. Amar. Necesitar. Vaciar. Elegir. Esperanza. Respirar. Destino.
Ansiedad. Aceptación. Dejar ir.
Son las palabras, sensaciones, acciones que más resuenan en mi cabeza (y en mi corazón)
últimamente. Por diferentes razones, completamente independientes unas de las
otras, y otras veces más encimadas que todas las palabras que salen de mi boca
segundo tras segundo.
La sensación de ir extrañando
las cosas que se fueron perdiendo, o que
se van perdiendo. Es la sensación que más me abruma últimamente, lo que más sufro
y lo que más me cuesta. Me genera esa ambigüedad de pensar, y saber que las
cosas, y las personas en nuestras vidas se van. Que es lo lógico y lo normal,
el curso natural de la vida y el ciclo de la misma. Que hay gente que está para
quedarse, gente que viene sólo de paso a dejarnos o a enseñarnos algo. Y creo
que es un tema recurrente en mí, hace ya un largo tiempo: La gente que viene y que va.
Las cosas que vienen y se van.

Las cosas pasan por una razón.
Si tiene que ser será, cuando sea el momento indicado. Lo sé, puta que lo sé!
Pero los miedos de que en realidad no tenga que ser nunca, me aplacan el
corazón, me quitan la respiración... Me llenan los ojos de lágrimas, el alma se
me vacía y por un instante necesito respirar hondo. Una bocanada de aire fresco
que me permita pensar, volver a mis cabales, ser consciente (ser
coherente, y ser coherente a veces me cuesta tanto con cada sensación y
sentimiento queriendo arrancarse constantemente de mi ser). Y lo
más importante a veces, algo que también cuesta, ser menos exigente... (no
significa conformarse tampoco) porque las cosas a veces no se exigen. Se
dan porque se quiere así, y si no se quiere no nos corresponde. Pero que
triste, ver que los demás quizás no quieren (o no
pueden), que las distancias se agrandan, que los tiempos se
discontinúan... Que todo es una brecha cada vez más grande. Pero, hay que
aceptarlo. Si exigiendo no está, sin exigir tampoco... Quizás, no nos corresponde y
lo mejor es dar la vuelta y caminar en la otra dirección.
Los miedos de olvidar también
están. De olvidar sensaciones, palabras, gestos. Sentimientos. Y pensar esto
también me genera ese vacío en el pecho, que a la vez me genera esa falta de
aire. Y pensar a la vez en lo lindo de los momentos que podrían estar por venir
si existiera el reencuentro, ese del destino, que dice que las cosas sí tenían
que suceder.... Me generan lo mismo. Lo gracioso de esos re encuentros,
que tenían que suceder, es que todos se simplifican en una acción y un sentir: un
abrazo y sensación de poder volver a respirar.
Perdón por expresarme de esta
manera. Es que no sé si lo entendés, ni si importa (porque
estás o no estás y ya no sé quién me escucha, ni quién me lee, ni quién me ve). A
veces me expreso tanto que me termino sintiendo una idiota, pero a la vez no
expresarme y no decirlo sería no ser yo. Y quedar como idiota, y ser una ilusa,
son parte de mi ser. Lo prefiero siempre así, así lo digo.. aunque por dentro
me mate la sensación esa de creer que porque siempre hablo con la verdad todo
el mundo también lo hace, y que los silencios son la falta de cosas lindas que
decir. Pero está bien, todo es como tiene que ser. Y si no tardas mucho, espero
toda la vida.
"lo que nos cura se va, siempre se va, lo que nos cura
se va
siempre se
va, lo que nos cura se va,
se queda un rato, nos mima, nos miente y despues se va.."
se queda un rato, nos mima, nos miente y despues se va.."
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