Dicen que aceptar nuestros
problemas es el primer paso para superarlos. Nunca noté lo cierto que esto
podía ser.. Ni todo el trabajo que vendría detrás de la aceptación de los
problemas o inconvenientes que tenemos. Pero cuidado, no siempre son problemas los que tenemos
que aceptar para superar... a veces tenemos que aceptar cosas que nos pasan
para poder avanzar, ver con más claridad, saber un poco para dónde correr,
decidir tomar otras decisiones, otros caminos, encontrar soluciones en vez de
problemas.
.jpg)
Si
pensaba que aceptarlo era difícil, tomar el empujón para llegar más alto y de
hecho saltar, era aún más difícil, pero por suerte me llevó menos tiempo del que creí (fue como un mes, que
para una persona tan ansiosa y desesperada por hacer como yo, es bastante)...
El resultado fue, la sensación de alivio más grande que sentí en mi vida.
Sentir que perdía un peso de encima, sentir que de repente podía volver a
respirar, que tenía otra oportunidad. A la vez, era triste, empezar a
desprenderse de esas cosas que crees únicas, incomparables, irrepetibles... Y
seguramente sean todas esas cosas. Pero dicen que cuando se cierra una puerta
se abre otra, o se abren ventanas... Aparecen nuevos caminos. Y no, no voy a
encontrar algo igual, tampoco sé si mejor. Pero encontraré otra experiencia
única. Porque todo, todos, somos irrepetibles, incomparables.
Creo que
aceptar tiene que ver con la posibilidad de querer avanzar. Siempre dependiendo de poder ver, sentir, y escuchar más allá
de las palabras de alguien más. Porque creo que siempre tiene que ver con lo que
alguien te puede decir, pero no sé necesariamente si es quién te lo dice o qué te dice.. si no
que te lo dicen en el momento menos esperado, probablemente sea la persona menos esperada y tu
mente está tan poco preparada para escucharlo de esa persona, que no tuvo
tiempo de cerrarse y bloquearlo, por suerte! Quizás es una forma inconsciente en
realidad,de dejarlo entrar.
Hace
poco, acepté muchas cosas, muchas sombras que había en mi interior. Y una vez
más, fueron las palabras de la persona más inesperada, que me hicieron ver lo
equivocada que estaba y por qué lo estaba. Y empecé a aceptar, que quizás yo
tenga la culpa, pero no toda. Este proceso de aceptación también fue largo, pero es el principio del fin, ya estoy actuando, y ya empiezo a sentir, esa liviandad en mi
alma. Con esa melancolía de sentir que empiezo a soltar, lo que no quiero dejar
ir.
Qué problema tenemos las personas con el apego, el arraigo, y la intensidad con la que siente nuestro corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario